Una cabina de estética bien equipada marca la diferencia en la experiencia del cliente. Desde el mobiliario hasta los productos, cada detalle cuenta. En este artículo, te explicamos cómo lograrlo de manera eficiente y con estilo.
Camilla ajustable: Opta por una camilla ergonómica y fácil de limpiar.
Carro auxiliar: Ideal para tener todo al alcance de la mano.
Silla giratoria: Asegúrate de que sea cómoda y ajustable.
Espejo de aumento: Necesario para tratamientos faciales detallados.
Elige muebles con diseño minimalista para un ambiente moderno.
Lámpara de luz fría: Imprescindible para trabajos precisos.
Vaporizador facial: Mejora los tratamientos de limpieza.
Aparatos multifuncionales: Ahorra espacio y realiza varios tratamientos con un solo equipo.
Esterilizador UV: Prioriza la higiene de tus herramientas.
Los equipos deben cumplir con normativas de seguridad.
Cremas y aceites: Elige productos hipoalergénicos y de calidad.
Brochas y esponjas: Ten un set completo para cada cliente.
Toallas y sábanas desechables: Aseguran la limpieza y comodidad.
Guantes y mascarillas: Refuerzan las normas de higiene.
Iluminación cálida: Crea un espacio acogedor.
Colores neutros: Transmiten tranquilidad.
Aromaterapia: Utiliza difusores con esencias relajantes.
Música ambiental: Elige sonidos suaves para mejorar la experiencia.
Estanterías: Mantén los productos visibles y ordenados.
Cajoneras: Guarda herramientas y repuestos.
Etiquetas claras: Facilitan encontrar lo que necesitas rápidamente.
Revisa el inventario semanalmente para evitar faltantes.
Gel antibacterial: Colócalo a la entrada y en la cabina.
Limpieza diaria: Desinfecta superficies y equipos después de cada uso.
Capacitación: Todo el personal debe seguir protocolos de higiene.